Detuvieron en Mendoza a un hombre que estafó por $16 millones a una vinería de San Luis
Se lo acusa de realizar dos compras de 15 palets con 1100 botellas en total y pagar con cheques sin fondos. Está con prisión preventiva domiciliaria y fue imputado por el delito de estafa genérica.
Un hombre, que actualmente reside en Córdoba, fue detenido por policías de la División de Investigaciones de Mendoza en la entrada a la casa de sus padres, en la ciudad de San Rafael, en el marco de una denuncia por estafa a una vinería de San Luis.
El que realizó la presentación ante la Justicia fue el abogado mendocino y encargado de la franquicia Gran Casa Vinos, Roberto Signoretti en enero de este año. Lo hizo junto al abogado penal, Andrés Godoy.
El detenido, cuyas iniciales son J.C.G y tiene domicilio en Huinca Renancó, realizó una compra por quince palets con 1100 cajas de vino de diferentes bodegas de Mendoza (de las más importantes) a un valor de $16 millones (precio de agosto del año pasado). Pagó con cheques sin fondos. La estafa se concretó en dos operaciones entre mayo y junio del 2023.
Los efectivos seguían sus movimientos desde hacía varios meses. La investigación, al igual que el operativo que culminó en su detención, se encuentra a cargo de la fiscal de Delitos Económicos de Mendoza, Mariana Pedot, y con el expediente número P- 4597/24.
Los investigadores descubrieron que el hombre utilizaba el nombre de otra persona para sus engaños y se investiga si se trata de un co autor de las estafas o si hubo usurpación de identidad.
Signoretti, por sus propios medios, se enteró de que el detenido (imputado por el delito de estafa genérica) había engañado con el mismo modus operandi a diferentes bodegas, entre ellas una de San Rafael. Además, supo que en Córdoba era “famoso” por mentir y cometer hechos similares y que hace 30 años viene engañando a la gente, publicó el diario Los Andes.
El modus operandi de la estafa a la vinería
Todo comenzó entre mayo y junio del 2023. El imputado, vía email y utilizando el nombre falso de L.D., según sus iniciales, hizo a Signoretti una primera solicitud. En el correo se presentó como propietario de una comercializadora de agro y explicó que era de Córdoba, que quería efectuar la compra de siete palets de vino y por un monto de $8 millones.
Allí, intercambiaron números de teléfonos y continuaron el contacto comercial por WhatsApp. Luego, se concretó un primer envío de $8 millones una vez que el encargado recibió el cheque firmado por el supuesto comprador. Semanas después, L.D. reiteró otra compra y por el mismo monto, repitiendo el mismo mecanismo. Hasta entonces, parecía haberse concretado una operación comercial, como tantas otras.
Hasta el 10 de agosto parecía todo normal y de hecho, ambos mantenían comunicación. J.C.G. se mostraba “muy carismático y súper entrador”.
Sin embargo, en los días siguientes, empezaron los problemas para contactar al comprador. Primero le dijo a Signoretti que se iba de vacaciones y cuando le enviaba un mensaje, quedaban con un solo tilde (señal de que no le llegaban).
Además, y en simultáneo, salieron a la luz los rebotes de los pagos en las bodegas y con los cheques que L.D. -según como se había presentado- había enviado.
Cómo fue descubierto el estafador
Signoretti, que también es abogado, inició toda una búsqueda e investigación casera por sus medios con el objetivo de averiguar algún dato sobre el paradero del estafador sabiendo que había sido engañado por una cifra millonaria.
En sus averiguaciones, comprobó que existía otro hecho similar cometido por L.D. a una bodega de San Rafael. En aquella oportunidad logró desenmascarar al autor y develar su verdadera identidad, que es la que se ajusta a las iniciales J..C.G.
El paso siguiente fue preparar todo para ir a la Justicia. Los abogados fueron adjuntando todas las pruebas que tenían, rastreando los comprobantes de los cheques rechazados en las bodegas y el 12 de enero presentaron la denuncia.
En paralelo, por su cuenta y en las redes sociales, Signoretti dio con el perfil de una empresa que vendía vinos. Y, cuando cruzó los datos del celular que figuraba como contacto en el lugar, saltó que estaba a nombre de J.C.G.
A partir de ese momento, el Ministerio Público Fiscal comenzó a atar varios cabos sueltos. De hecho, se dictó un pedido de captura nacional contra J.C.G. y L.D. -su “alter ego”-, contra este último hasta lograr determinar la participación en el delito.
Previo a la detención, hubo un trabajo en equipo con la Justicia de Córdoba y hasta algunos efectivos de Investigaciones viajaron hasta Huinca Renancó para seguir de cerca sus movimientos. Incluso, lo buscaron en otras provincias.
El abogado del imputado pidió el recupero de la libertad de su cliente. Estiman que la fiscal no hará lugar a la solicitud y dispondrá que siga con prisión preventiva domiciliaria.